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TRILLO, EL PARTIDO POPULAR Y LA JUSTICIA

viernes, 12 de junio de 2009

El llamado caso gürtel no es uno de los casos más bochornosos de corrupción que conocemos y si alguien tiene el tiempo y las ganas de discutirmelo, lo hacemos sin problema. Para lo que vengo a escribir hoy no es aquella la cuestión importante sino el uso y disfrute que el Partido Popular hace de la justicia. Me explico.

Son los líderes del Partido Popular los que han hablado de independencia de la justicia, de presunción de inocencia y de su indefensión ante las "filtraciones" de un caso que se encuentra todavía en lo que se conoce como secreto de sumario. Sin embargo, ese partido político adopta la posición que más le conviene en cada noticia o presunto hecho que a este respecto se produce. En ocasiones de manera irresponsable y en la mayoría por puro despecho y chulería. Esto hace pensar que su posición ante la corrupción es pura estrategia política como lo demuestran las sucesivos apoyos que implicados en asuntos de corrupción como Fabra o Camps han recibido con motivo de las elecciones europeas o con el caso de los trajes. La derecha cierra filas ante los corruptos y ataca a la justicia o bien la utiliza para su estrategia política aprovechando la "clausula" que los cargos electos en España poseen en relación con su procesamiento mientras están en ejercicio de sus cargos (no posteriormente). ¿Se morirá el señor Fabra sin ser juzgado? No es de extrañar si se sabe que en 1998 el partido popular aprobó una Ley por la que se permitían juzgar los actos políticos y no solamente los actos administrativos del poder ejecutivo y de la administración. Una de los grandes déficits democráticos que el neoliberalismo introdujo en estos últimos años es el sometimiento de la política a la justicia para salvaguardar la prevalencia de lo económico sobre lo político, pero ahora no conviene.

Entre otras cosas, este tipo de leyes y procedimientos y este uso de la justicia ha favorecido la mentalidad conservadora según la cual se prefiere "lo malo conocido antes que lo bueno por conocer". Según un artículo periodístico con el que coincido plenamente, este es el motivo por el cual la derecha no ha sufrido retrocesos electorales en España u otros países pese a estar inmersa en múltiples asuntos de corrupción que en España se manifiestan de manera notable en las Comunidades Autónomas y en los Ayuntamientos. Esto ha pasado en Valencia, en Canarias o en Madrid.

El sometimiento de la política a la justicia se retroalimenta con la intervención de la política en la elección de los organos rectores del poder judicial. Es conocida todo el conflicto surgido con la renovación del Consejo General del Poder Judicial o del Tribunal Constitucional. Esto anterior, unido a la mentalidad conservadora de la que hablábamos permite al principal partido neoliberal en España cambiar de criterio y utilizar los resortes de la justicia a su justa medida. Cuando les viene bien le dan palmaditas en la espalda al Fiscal General del Estado o de la CAM, y cuando no le critican y manifiestan su indefensión demostrando una vez más el sentido de la justicia del principal partido de la oposición. Esto es lo que el señor Trillo ha hecho en referencia al supuesto fraude fiscal y prevaricación cometidos por el tesorero nacional del Partido Popular que constituye el caso Bárcenas, y que lo haga el Sr. Trillo, manda huevos. Es significativo que los medios de comunicación hagan referencia a que algunos implicados están algo así como aislados dentro del PP, cuyos afiliados y cúpulas dirigentes esperan que estos dimitan por si mismos, en lugar de dar ejemplo y suspenderlos de sus cargos (algunos diputados y senadores) y de militancia como sí está haciendo la izquierda en cada caso concreto, para poder ser juzgados.

Apelo para que esto no ocurra a la ética democrática y al civismo, a castigar a los políticos corruptos dejando de lado ese pensamiento de que todos son iguales pero si lo hace la derecha es normal y si lo hace la izquierda es un escándalo. Actualmente, los miles de pequeños casos de corrupción municipal en el que está inmerso el PP superan con creces los que recuerdan a menudo la derecha como excusa, los del Gobierno de Felipe González. Pero lo preocupante no es esto sino que dichos asuntos relacionados con corrupción no son casos puntuales sino sistemáticos y hechos por norma sine qua non se entiende la gestión municipal de muchos "buenos gestores" de la derecha.

1 comentarios:

Cabaña Progresista dijo...

Derecha y corrupción han ido de la mano durante años, incluso siglos me atrevería a decir. Es por esto que los votantes de derechas no vean excesiva preocupación en este aspecto y en lugar de castigar a sus líderes, les premian sorprendentemente aún más. Los de izquierda sin embargo, son mucho más escrupulosos y no toleran la corrupción en sus filas, castigándolo, y a las pruebas històricas me remito, en las urnas.

En otro orden de cosas, el juego sucio que el PP hace de la justicia es denigrante. Ya que nombras a Federico Trillo, decir que es inconcebible que ese señor siga ocupando una silla dentro del hemiciclo y más lamentable aún que haya tenido la poca vergüenza de pedir responsabilides políticas y dimisiones a diestro y siniestro.

Un saludo Esteban.