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Debate sobre el Estado de la Nación (III)

martes, 12 de mayo de 2009

CONCLUSIONES SOBRE EL CARA A CARA:


Creo que este debate lo ha perdido Mariano Rajoy y gran medida lo ha ganado Zapatero si es que se cumple, ya no solo las medidas puestas encima de la mesa, que son opinables, abiertas y posíblemente, o esa es mi percepción, las acertadas en gran medida, sino la oferta de Pacto Global por mejorar la economía y el Estado de la Nación.  ¿Se podían haber hecho mejores predicciones; se podrían haber hecho mejores políticas?. Seguro. Yo estoy de acuerdo y creo que no modificar el mercado laboral y flexibilizarlo a la par que dar seguridad a los trabajadores es conveniente a medida que se vaya cambiando el modelo productivo. Y es posible la flexiseguridad, ha funcionado bien en otros países y hay que trabajar para que el modelo productivo admita tal modelo de relaciones laborales. Es verdad que hay que modificar muchas cosas para que esto se produzca, yo diría que casi todo. Pero es más urgente que nuestra clase política se ponga las pilas y que eso posibilite recuperar la confianza en la política, que se adquiera conciencia de que la política y en especial la democracia  es herramienta imprescindible para que no ocurran las desigualdades y desamparos que, por ejemplo, justificaron la aparición de soluciones autoritarias y totalitarias a la no respuesta del liberalismo a estos problemas sociales. Fascismo y Comunismo se llaman. 

Rajoy ha perdido el debate, porque más allá de la pasión y emoción que reconozco que por fín le ha puesto al debate, se ha limitado a defenderse y no a proponer, a mostrarse altivo, a enarbolar una supuesta gestión que ya está desacreditada por las dos legislaturas anteriores a las de Zapatero. La política de vivienda, la dualidad del mercado laboral, los recortes en el gasto social (los derechos sociales sin gasto social es como una gallina que no pone huevos), la reducción del Estado a mínimos que no permiten una respuesta suficiente a la crisis económicas, etc. Ha quedado claro que ha Rajoy le ha dolido el buenismo y las opiniones que de él tiene el Partido Socialista y su encarnación máxima, es decir, Zapatero. Pero no ha dejado claro qué haría él si fuera Presidente del Gobierno más allá de no hacer lo que hizo el otro y lo anunciar que va a hacer lo que que ya se hizo en el 96. Efectivamente, si por ahí van las cosas, está claro que hay muchos que no pensamos votarle nunca, puesto que los mejores datos económicos macro, fruto de efectivas reformas y de una coyuntura favorable se hizo a costa de condenarnos a un sistema productivo especulativo o reducir el gasto social en relación con el gasto total.  Sigo pensando que prefiere sentarse en su butaca a disfrutar como se desgasta el Gobierno antes que sentarse a negociar con él, por muy devastador que lo considere. Porque, la otra alternativa es plantear una moción de censura, que no sabe si está capacitado para ganar y que no parece creerse capaz de realizar. Quedarse en el medio, criticar sin aportar o no utilizar las herramientas que la Constitución le permite,  como es la censura al Gobierno, es partidista y cuanto menos cobarde. ¿De qué le sirve el fervor en el discurso y la defensa de su orgullo personal? De nada si se queda inmovil y agotado en la crítica que supone sencillamente tirar la piedra y esconder la mano. Creo que no soy el único en opinarque es mejor aprovecharse de la situación de debilidad del Gobierno para sentarse a negociar con él y poder sacar sus medidas adelante dentro de un marco de Pacto de Estado como los que en su momento fueron los Pactos de la Moncloa. 

Este juicio no le da la victoria al Sr. Presidente del Gobierno, pues ya he dicho que aunque ha sido él quien ha formulado la necesidad de un pacto, que ya hicieron otros partidos y otros grupos con anterioridad, su acción todavía dista mucho de estar en ese camino. No tiene la confianza más que de su propio Grupo Parlamentario, no dispone de amplio margen de maniobra y últimamente sólo se sabe que lucha, además de para que la crisis se aminore, para no quedarse solo en el Parlamento. Pero si eso supone llegar a acuerdos será positivo, más que si se agarra al clavo ardiendo, como hizo en su día, de subestimar el problema y de no haber tenido conducido el mismo con el cambio de modelo y patrón de crecimiento cuando las cosas iban bien, es decir,  hasta hace cosa de dos años. Su "victoria" queda  calificada de pírrica si de aquí a unos meses el Gobierno no ha conseguido sentarse en la mesa para concretar ese PACTO SOCIAL necesario que afronte todos los problemas socioeconómicos de España. Y los hay y como bien ha dicho "es lo que piden millones de Españoles". Yo lo pido! 

Esto permitiría calmar la confrontación política, dar mayor margen político a la recuperación económica, que los ciudadanos recuperásemos la confianza, que inversores nacionales emprendan nuevas actividades y que otros extranjeros se instalen por nuestro país, que tuviéramos más claros los demás dónde podemos ir a la hora de buscar trabajo. En definitiva, que el país progrese unido por  un camino construido por márgenes ideados por todos. Y no olvidemos la reflexión moral necesaria que nos permitiría analizar por qué hemos llegado hasta aquí, más allá del sistema económico. Pero esta cuestión se queda para otro día. Ahora me quedo viendo si nuestros políticos son capaces de ponerse a trabajar juntos por algo que nos afecta a todos.

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