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TODOS LOS CORRUPTOS A LA CARCEL

jueves, 9 de febrero de 2012




No entiendo de derecho más que lo justo. Es verdad, por lo tanto, que nadie quiera ver aquí la opinión de un experto. Ni lo soy ni me considero tal. Vaya por delante pues mi más profundo respeto por quienes profesan tareas en el ámbito del derecho y de la justicia; faltaría más que ahora fueran a pagar justos por pecadores, aunque en realidad es eso justo lo que está pasando.

¿Por qué sino todos aquellos que nos revelamos contra la corrupción salimos perjudicados con esta sentencia? ¿Van a sentirse los ciudadanos más identificados con su sistema judicial gracias a este ejemplo? ¿Se podría pensar que nuestro sistema democrático sale bien parado tras este fallo? Creo que nadie podría decir que sí a ninguna de las dos últimas preguntas. Creo que nadie dejaría de admitir lo frentista e hipócrita del comportamiento de quienes defienden la sentencia ahora, pero han alentado o pasado por alto todas y cada una de las situaciones en las que la politización del sistema judicial en unos casos, o la sencillamente mal aplicada legislación en otros, han producido daños contra nuestro sistema político.

Y es que para mí esa es la preocupación. Últimamente los asuntos judiciales que han sido comprometidos han causado serios daños a la legitimidad de nuestro sistema político y judicial y puede que estemos llegando a un punto de no retorno en el que los ciudadanos no podrán recuperar la confianza ya no solo en sus políticos, tampoco en quienes se supone que los controlan. ¿Cómo van a confiar en un sistema que castiga al juez y deja impune al corrupto? Más allá de cualquier consideración partidista ¿alguien podría imaginarse la sensación de que castigaran a la víctima de un robo y dejaran en la calle al ladrón? Es tan simple y llano como esto.

Si seguimos así no lograremos otra cosa que hacer añicos el apoyo al régimen político democrático que, por otra parte, debe esforzarse en dotarse de un sistema judicial más garantista, más independiente, más confiable que el actual. Y parece bastante probable que como muchos sectores están jaleando su capacidad para salir impune, o para darle la vuelta a situaciones judiciales adversas con la mayor inverosimilitud, deberíamos comenzar a revisar leyes con carácter retroactivo y, sin ánimo de ofender a nadie… TODOS LOS CORRUPTOS A LA CARCEL.