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¿Diferencias?

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Dicen que las diferencias políticas entre PP y PSOE se han estrechado tanto que es difícil atisbar cualquier tipo de actuación que se desmarque de lo que eventualmente podría hacer tanto uno como el contrario. Yo no estoy de acuerdo claro. Diferencias hay muchas, desde diferencia orgánicas, desde diferencias en el concepto de militancia, desde la manera de gestionar una victoria, una derrota, de ejercer el poder o la legítima oposición. Diferencias hay tantas que las pocas instituciones donde todavía podemos observar las evidencian hasta en aquellas materias donde más se acusa a los socialistas de haberse derechizado: la política económica y los recortes sociales.

Dicho sea que no seré yo quien niegue la mayor y quien no acepte por parte de nadie una sola crítica a mi ahora saliente gobierno. Dicen que el necio nunca cambia de opinión y yo estoy dispuesto a hacerlo si me corrigen lo suficiente. Pero ahí va el hecho: La Junta de Andalucía ha convocado plazas para 2.389 profesores de secundaria mientras que gobiernos de derecha no solo no las han convocado sino que no han dudado en mandarlos a la calle, aumentar sus horas lectivas, reducirles el sueldo…todo ello con las consecuencias que dichas medidas tienen para los alumnos y la calidad de la enseñanza: descenso de los recursos del profesorado, aumento de la ratio profesor/alumnos, pérdida de atención individualizada y a la diversidad, factores todos ellos que han sido claves para reducir las tasas de abandono y fracaso escolar en los últimos años.

No entro en la gestión económica de la Junta de Andalucía porque no la conozco lo suficiente como para pretender defenderla con vehemencia de militante anticrítico (de un hooligan). Lo único que puedo asegurar es que la diferencia entre este y otros gobiernos autonómicos está en que unos lo tocan todo menos la sanidad y la educación, mientras que otros empiezan y terminan sus recortes con la sanidad y la educación, con la firme estrategia de empeorar su funcionamiento para justificar su desmantelamiento.