En medio de las elecciones europeas la vergüenza nacional hace aguas por todos los orificios. No solo es que lo más probable es que sea la candidatura del derechista Mayor Oreja la que consiga mayor apoyo sino que, visto lo visto, no será resultado de una campaña en la que los temas predominantes hayan sido los europeos.
Hoy, casi todos los periódicos publican encuestas en las que dan la victoria a PP o PSOE, volviendo además a dejar de lado al resto de partidos políticos, como en el debate del lunes y todos ellos advierten la escasa participación que habrá en estas elecciones. Politológicamente advierto algunos motivos para que eso ocurra:
1. La Crisis Económica. A pesar de que estas elecciones no tengan contenido de debate puramente europeo, precísamente los ciudadanos perciben que la UE poco ha hecho unida frente a la crisis. Dividida está en grupos parlamentarios que no acatan la disciplina de partido y que muchos de ellos se declaran abiertamente europeistas. El Parlamento Europeo ha demostrado que no es un activo frente a los problemas comunes de todos los socios derivados de la crisis económica y Directivas como la de las 65 horas poca "popularidad" le aportan, para que los ciudadanos crean en él.
2. Los temas no son europeos y la selección de candidatos es, al menos en España, púramente nacional. En realidad no se pretende llevar a un buen equipo conocedor de Europa y sus problemas. Ambos candidatos han mandado personajes desterrados de la vida política nacional o bien para premiarles por su grandiosa aportación a la causa o para compensarles por una salida poco airosa de la misma. No hay más que ver el caso de Mayor Oreja para confirmar la primera causa y el de Magdalena Álvarez para la segunda. Y es que lo que se produce no es más que una especie de desnaturalización electoral. Primero se elije el programa y luego al candidato y posteriormente sus acompañantes. Yo pienso que sería mejor elegir un buen equipo con experiencia o bien vocación europea, con un pensamiento coherente y definido que diera fuerza y consistencia al programa político y con un cabeza de lista dispuesto a defenderlo aquí y allí a capa y espada. Sin embargo, tenemos dos caras conocidas de la política nacional apoyados por Rajoy y Zapatero. Quizá si estos partidos mandaran a dos perfectos desconocidos se valoraran más los programas y las listas en su conjunto y además, los partidos minoritarios podrían competir en condiciones de igualdad. Pero sobre todo podríamos sacar del debate temas tan estúpidos como los aviones, el aborto y demás historias de las que no compete hablar en Europa.
3. Ha habido elecciones recientemente. Hace poco más de un año las generales y la resaca parece que llega hasta ahora. Algunos ciudadanos estan cansados de partido en permanente campaña. Hace dos meses se celebraron elecciones en el País Vasco, en la que también los partidos mayoritarios se empeñaron en nacionalizar.
No sé que opinan ustedes, pero a mi la clase política me parece cuanto menos desoladora!
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