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10 años sin Ley Internacional

sábado, 26 de marzo de 2011

Movido seguramente por los comentarios al último post del blog me gustaría expresar mi opinión sobre el papel de la ONU en los conflictos internacionales. Seré breve.

Creo que es sabido por todos que, desde hace años, la ONU se encuentra inmersa en una profunda crisis de legitimidad dada su incapacidad para adaptarse al nuevo equilibrio de poder internacional como consecuencia de la expansión económica, política y militar de países emergentes durante los últimos 15 años. A mi juicio por tres grandes circunstancias:

- El 11-S, la respuesta al 11-S, la Guerra de Irak y la división internacional ante una intervención militar que respondía a una doctrina (preventiva) que no podía ser aceptada por la mayoría de países. El fracaso de este tipo de iniciativas nos ha llevado a un escenario nuevo en el que la ONU ya no era imprescindible para acometer acciones unilaterales porque quienes detentan el mayor poder dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, con poder de veto, tienen capacidad para manejar leyes internacionales a su antojo.

- Esto nos lleva al segundo punto. ¿Por qué si se han de cumplir una serie de resoluciones y otras no? El caso más sangrante es el del conflicto palestino. Irak entonces (años 90), Irán, Corea del Norte..., e incluso ahora Libia, han sido objeto de resoluciones duras y de mandatos ejecutados por los países occidentales. Israel nunca ha tenido que responder por sus actos y ha salido impune de matanzas que han estado a la luz de todos.

- Porque tampoco ha podido liderar un punto de no retorno sobre armamento nuclear. Sometida al predominio de potencias nucleares con poder de veto, la ONU se ha dedicado a sancionar a los países que desarrollaban programas nucleares sin advertir de que la contrapartida para el abandono de dichos programas es la aceleración del desarme nuclear por parte de Rusia, Estados Unidos, Francia, China y Gran Bretaña. Parecen dar la sensación de que, para poder actuar de forma unilateral hace falta tener la bomba.

¿Significa esto que debemos acabar con la ONU? NO, DE NINGUNA MANERA. Hay que reformarla. Yo sigo siendo partidario de la existencia de una Ley Internacional de obligado cumplimiento para todos. De que se respeten las normas, las resoluciones y las sanciones impuestas por la ONU para todos, incluido occidente y los Estados Unidos. Por eso valoro de forma positiva cómo se ha llevado a cabo la intervención en Libia, la forma. (Y por eso defiendo a mi Gobierno frente a su predecesor).

De todos modos, cuanto más tardemos en organizar un nuevo poder internacional respetable por todos, menos estaremos apostando por un crecimiento continuado de la agresividad entre los Estados, actitud palpable desde 2001.

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