Parece que somos los ciudadanos los responsables de que no existan fondos suficientes para financiar los servicios públicos básicos. Eso debe parecerle a Mr. Valcárcel que ayer se lanzó a decir que había que buscar métodos para financiar estas cosas, se entiende que compartidos entre administraciones y ciudadanos. Así, como quien no quiere la cosa, alentó el debate sobre la implantación del copago o la extensión del céntimo sanitario. Lo cierto es que yo ya no se si este tipo de cosas son meteduras de pata o comentarios que a alguno de nuestros políticos les gusta soltar para que quede un sedimento para el futuro. Total, aunque el partido me desautorice seguramente la posición queda marcada y la podemos rescatar. En mi cabeza queda la duda sobre si dicha desautorización es verdadera.
Para quien no esté informado sobre estos temas habría que explicar qué es el "copago" y el "céntimo sanitario". El copago significa que el ciudadano paga -valga la redundancia- parte de los servicios prestados por el Estado haciéndose cargo éste de la otra parte. El céntimo sanitario es un "impuesto" de 1 o varios céntimos que se impone a los hidrocarburos para contribuir a la financiación de la sanidad pública. Ambas soluciones me parecen regresivas e injustas.
Y la verdad es que es fácil argumentar el por qué.
Se supone que el Estado del Bienestar significa, entre otras cosas, crear y redistribuir la riqueza a través de mecanismos de solidaridad tales como una política fiscal progresiva. Es decir, el predominio de impuestos sobre la renta que graven más aquellos que más rentas perciben. Pero claro, resulta que en los últimos tiempos la moda ha sido todo lo contrario, rebajar impuestos sobre la renta y elevar impuestos sobre el consumo. Con ello hemos ido atrofiando un mecanismo de solidaridad entre ciudadanos que ahora resulta que tenemos que recuperar a través del pago directo por servicios públicos de primera necesidad.
Hipócrita diría yo que es la palabra. Resulta que tenemos que pagar vía directa lo que no algunos no quieren pagar vía impuestos porque son, por decirlo para que se entienda, los que más tienen. ¿No será que el Mr. Varcárcel y su PP de Murcia defienden a los insolidarios?
Hay que reafirmarse como socialdemócratas y procurar un Estado fuerte, que posea los instrumentos ordenados y eficientes necesarios para que pueda hacerse cargo de los servicios públicos. Si conseguimos que se siga debilitando al Estado, en la futura crisis no es que lo vayamos a pasar igual, es que lo pasaremos peor.
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