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El Papa se equivoca

martes, 9 de noviembre de 2010

Benedicto XVI debería estar preocupado por la sensación que ha dejado en España en la que es su primera gran visita. Muy alejado de lo que Juan Pablo II nos tenía acostumbrados, la figura de Benedicto XVI ha quedado devaluada en España por unos comentarios que deberían haber sentado mal a cualquier español medio. Pensar que el laicismo en España es violento suena a recordar las quemas de iglesias de finales del XIX y principios del XX o el anticlericalismo de alguna parte de la sociedad española de estos dos últimos siglos.

Sin embargo, los laicos nunca nos hemos salido con la nuestra. Desde siempre, en España al menos, la iglesia ha estado al lado del poder y ha favorecido a un determinado signo: el conservador. A periodos progresistas le seguían periodos alimentados por ideólogos empecinados en "recatolizar España". Y es que cuando quiera el sumo pontífice, puede leer todas las líneas de investigación historiográfica del "nacional-catolicismo español" (Donoso Cortés, Menéndez Pelayo...y otros muchos). Pero esto no debería preocuparnos ahora, aunque esté grabado en la memoria de algún que otro colectivo.

Desde la aprobación de la Constitución hasta ahora siguen vigentes 2 Concordatos que dan privilegios a la Iglesia Católica pese a que la constitución reza en su artículo 16 que "Ninguna confesión tendrá carácter estatal", reconociendo después la realidad católica de España. Pero siempre hemos ido demasiado lejos. El Estado estuvo financiando a la Iglesia vía presupuestos bastantes millones de euros hasta 2007, la casilla de exención fiscal en favor de la Iglesia sigue vigente y la Iglesia no ha hecho nada por autofinanciarse, que es a lo que le obligan los acuerdos con el Gobierno.

Desde 1975 hasta ahora, la jeraquía eclesiástica no ha dudado en oponerse a los Derechos sociales reconocidos legalmente: Divorcio, Ley de Despenalización del Aborto, Ley de Matrimonio Homosexual, Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.... así como de otros avances como el preservativo, que tanto han supuesto en la detención de muertes por VIH y otras ETS.

Salvo el periodo de tiempo comprendido entre el final de la dictadura y la transición democrática, la Iglesia no ha sabido cautivar el sentir social de los españoles. Cualquier transgresión del orden social conservador-católico ha sido utilizada además políticamente.

¿Para cuando pues una Iglesia Social verdaderamente preocupada por los problemas sociales de verdad? ¿Reformamos la Constitución para explicar lo que es el laicismo? Esperemos que la Ley de Libertad Religiosa sea suficiente.

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