Por fin...
Uno de las últimas entradas de este blog durante las vacaciones hablaba de España en términos de "nación de naciones". En aquel momento se hacía énfasis en la sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña. En este caso, el TC es protagonista de una de las pocas buenas noticias que nos está dando en los últimos tiempos el organismo supremo que tiene como objetivo fundamental proteger la Constitución en su espíritu y letra, así como toda el ordenamiento constitucional supremo que acompaña a la Constitución como norma suprema y fundamental.
Todos hemos acatado y respetado la sentencia del TC sobre el Estatuto, y el Gobierno además de lo anterior la debe ejecutar y la ejecutará. Nadie puede acusar a los socialistas de haber sido irresponsables. Sin embargo, muchos observábamos con tristeza cómo una institución tan respetada tradicionalmente iba perdiendo "popularidad" atrapada en una lucha partidista que no nos beneficiaba ni a unos ni a otros. Bueno, al parecer al Partido Popular sí debía beneficiarle, y de hecho lo hacía pues ha sido ahora y no hace un par de meses cuando han retirado a un candidato que no contaba con los requisitos de antigüedad como juez para ser nombrado magistrado del TC.
Hemos conseguido un pacto muy importante para revitalizar al Alto Tribunal. Solo espero que el PP se plantee desbloquear la negociación sobre el nombramiento del Defensor del Pueblo y otras instituciones previstas en la Constitución y en la Ley, que no deben perder legitimidad por el capricho de mantener el poder de un partido como aquel. Hemos de entender que el buen funcionamiento de todas las instituciones constitucionales garantiza el buen ejercicio del poder democrático y de esta forma el respeto y el valor moral de las decisiones de estos órganos podrían ser capaces de eliminar del debate luchas estériles por el poder.
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