Ya hace dos meses que no escribo y la verdad es que llevaba tiempo pensando cómo retomar la actividad de este blog. No es fácil regresar a la rutina de escribir y estar totálmente informado de todo. En verano la sensibilidad se aletarga entre tanto viaje y circunstancia anormal. Sin embargo hoy he vuelto a la realidad con la misma sensación de impotencia con la que la abandoné, pensando de veras que otro mundo es posible fuera de tanta crisis. Ayer le decía a mi madre que la crisis económica no podía durar más de un año-año y medio por una sencilla razón: estamos hasta las narices de la crisis, tenemos ganas de regresar a la estabilidad. La mayoría de los seres humanos valora y desea la estabilidad y nos han bastado una docena de medio buenas noticias para ansiarnos pensando la recuperación y en la de cosas que hemos de hacer cuando salgamos de ésta. Sin embargo yo sigo viendo cierta ignorancia a mi alrededor, como si volver a lo anterior, al capitalismo puro, fuera la mejor receta cuando en realidad ha sido la peor bacteria. Llevamos casi dos años de crisis y todavía nadie se ha atrevido a retirar el antibiótico para estructurar un nuevo modelo de producir, vender, consumir o más bien dicho, de vivir.
Si después de todo este drama, al final volvemos a ser lo mismo que éramos, cuantas más crisis le hacen falta al ser humano...
0 comentarios:
Publicar un comentario